lunes, 20 de junio de 2011

Impacto de la ilegalidad en la industria nacional de aceites y grasas comestibles y en el consumidor colombiano



Análisis del sector
La industria de grasas y aceites comestibles comprende la producción de aceites y grasas refinadas para usos alimenticios tanto domésticos como industriales: aceites líquidos y sólidos vegetales, grasas comestibles y margarinas.
En el ámbito industrial, estos productos se utilizan como bienes intermedios en la elaboración de otros alimentos, los cuales son producidos por la industria de aceites y grasas a partir de las especificaciones de cada cliente. Tal es el caso de compañías como panaderías, heladerías, galleterías, snacks y confiterías, entre otras, que utilizan estas grasas de acuerdo a sus necesidades y se constituyen, en clientes directos, cada día más importantes de la industria.
En Colombia, la industria de aceites y grasas comestibles genera más de 5 mil empleos directos formales y sus ventas fueron de más de 2 billones de pesos en el 2009. El sector utiliza materias primas nacionales e importadas. El aceite de palma en bruto representa el 72% del total de las materias primas utilizadas, seguido por el aceite de soya en bruto importado, que equivale a un 17% (EAM 2.007). Las empresas afiliadas a Asograsas -Asociación Colombiana de Aceites y Grasas Comestibles- consumieron en el 2.008 el 31% del total de la producción nacional de aceite de palma, es decir el 54% del aceite de palma destinado al mercado doméstico.
Sin embargo, el buen desempeño del sector se ha visto afectado en los últimos años por un factor creciente que está impactando cada vez más sus ventas: la ilegalidad, centrada en la práctica del re envase de aceites.
La ilegalidad hace referencia a la presencia de empresas que no cumplen con todos los requerimientos legales existentes. Es decir, los aceites son elaborados, envasados y comercializados por establecimientos/empresas, que aunque están registrados ante las cámaras de comercio, regulados y visibles dentro de la actividad económica del país, operan por fuera del marco reglamentario y administrativo.
Se estima, que 1 de cada 5 aceites que se comercializa en el mercado proviene del sector ilegal donde el engaño al consumidor en contenido, calidad e higiene del producto, además de prácticas tributarias inadecuadas son una constante. El hecho se presenta principalmente en el canal tradicional de ventas, donde las personas están comprando aceites líquidos cuyos envases tienen una medida inferior a la que realmente ofrecen en la etiqueta.
De acuerdo con las cifras de Nielsen, la disminución en las ventas de las empresas nacionales tradicionalmente procesadoras de aceites y grasas se agudizó en el año 2008 y 2009, donde la disminución anual fue del 13 y 17% respectivamente en términos de toneladas vendidas. Esto ha provocado una pérdida en participación en el mercado que contrasta con el aumento en las ventas de otras marcas de empresas re envasadoras que hoy acaparan por lo menos un 20% del mercado.
La participación de mercado de la industria formal pasó del 80%, en el año 2005, a un 66% en el 2008, alcanzando una caída al 61% en el 2009. Por su parte, la ilegalidad pasó de representar el 6% del mercado en el año 2005, al 12% en el año 2008 y aumentó al 20% en el 2009. Cuando se analiza el comportamiento en los precios de estas empresas, se observa que sus precios de venta están por debajo de los de la industria formal-tradicional debido a prácticas tributarias inadecuadas en especial de evasión del IVA, engaño al consumidor con contenido declarado inferior al real y dudosas prácticas en el proceso de reenvasado (reutilización de envases, bajas condiciones higiénicas, entre otras).
Al evaluar el fenómeno de la ilegalidad por regiones y por canal de distribución, la problemática se hace más evidente en la región Atlántico (Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, Guajira, Magdalena, Sucre) y Pacífico (Cauca, Nariño, Valle). En la costa Atlántica, por ejemplo, entre el 2005 y el 2008 la disminución en las ventas de las empresas tradicionales alcanzó un 30%. Igual comportamiento se evidenció en la zona Pacífica donde la disminución en las ventas también alcanzó un 30% para las empresas tradicionales, frente al aumento de otras marcas de un 85%, en el periodo 2005-2008.
Prácticas de Ilegalidad en el sector de Aceites y Grasas
En lo que a aceites comestibles se refiere se han identificado las siguientes prácticas que están afectando al sector:
1. Posible evasión tributaria
Lo anterior puede presentarse en todo el proceso de elaboración y comercialización de los aceites, desde la adquisición de la materia prima (nacional o importada) hasta la etapa de re envasado, distribución y comercialización. A continuación se describen los diversos fenómenos de evasión tributaria que se hacen evidentes a largo de la cadena.
Evasión de IVA tanto en la compra de la materia prima nacional, su venta ya transformada y refinada a las empresas re envasadoras, como en el proceso de importación. A lo anterior se suma que la comercialización de estos productos, al consumidor final, se realiza principalmente en tiendas minoristas y plazas mayoristas donde su venta se hace a partir de “remisiones” y sin factura.
Contrabando técnico, la evasión tributaria igualmente es realizada por las empresas de re envasado en la adquisición de las materias primas importadas. Un ejemplo de lo anterior, es el caso de la oleína de palma proveniente de Ecuador, la cual ingresa en varios casos con precios inferiores a los establecidos en los precios de referencia legales.
La exención del IVA en zonas de frontera ha sido otras de las vías utilizada por estas empresas para la consecución de su materia prima. En efecto, en el seguimiento realizado para conocer el destino final de estas importaciones se determinó que un porcentaje importante se dirigía a empresas locales de re envasado, donde su producto final se comercializa en el mercado doméstico.
Exportaciones ficticias de aceite de palma como las identificadas por Fedepalma hacia Venezuela donde el producto no fue exportado y quedó en el mercado nacional son una fuente de materia prima para esta el aceite re envasado evade todas sus obligaciones.
Bajo estas condiciones de ilegalidad los productos re envasados llegan al mercado final con menores precios.
2. Contrabando de productos ya term inados y envasados
Ejemplo de lo anterior, es el caso de marcas de aceites venezolanos los cuales están siendo comercializados principalmente en la zona Atlántica. Al revisar el mercado se observa la presencia de marcas como: Vatel, Santa Lucía, Coposa, Mazeite, Mirasol, Bonna, Portomesa, y Diana, de las cuales, a partir del estudio adelantado con la Universidad Javeriana, se pudo identificar que Mazeite, Mirasol, Coposa, Bonna y Portomesa no tienen registro sanitario nacional. Así mismo, no existe evidencia de que hubieran sido importados legalmente, más aún, cuando al revisar las cifras oficiales de importación de la DIAN provenientes de Venezuela, no se presentan registros en las partidas correspondientes a aceites comestibles.
3. Inadecuadas Prácticas de manufactura
Al visitar varias de las empresas de re envasado se evidencian procesos y prácticas donde es cuestionable la inocuidad en los procesos industriales, lo anterior con los riesgos que para el consumidor y la salud pública representan.
El re uso de envases de cualquier procedencia y origen, instalaciones y procesos inadecuados para el envasado y almacenamiento de aceites comestibles, así como la comercialización a granel son prácticas comunes que no se comparan con las operaciones de la industria formales que cumple con los más altos estándares de calidad y seguridad.
Impacto de los aceites ilegales en el consumidor Impacto en la salud públicaDado que estos aceites son re envasados incumpliendo las normas sanitarias y las buenas prácticas de manufactura establecidas para el sector de alimentos, sin normas de salubridad y en recipientes no aptos para el consumo humano, en el largo plazo pueden llegar a afectar la salud de quien lo consume.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inocuidad de los alimentos es una cuestión fundamental de salud pública para todos los países y uno de los asuntos de mayor prioridad para los consumidores, productores y gobiernos. La inocuidad de los alimentos está asociada a todos los riesgos, ya sean crónicos o agudos debido a la presencia en ellos de patógenos microbianos, biotoxinas y/o contaminantes químicos o físicos que puedan afectar la salud humana.
Para obtener esta seguridad, el incrementar exclusivamente la disponibilidad de alimentos no basta, siendo necesario además el garantizar que su producción, abastecimiento, comercialización, manipulación y consumo se realice de buenas prácticas y ante todo en condiciones suficientes de higiene. Lo anterior para que los productos resultantes sean inocuos y de alta calidad a fin de garantizar el bienestar de las personas. Es precisamente este tema de inocuidad el que genera la obligación a las empresas formales de cumplir con las normas establecidas para la producción, fabricación y envasado de alimentos.

Dentro de los aceites que se denominan ilegales se encuentran diversos fenómenos tales como:
Aceites Contaminados: Contienen agentes patógenos (bacterias, virus, parásitos) o sustancias químicas (plaguicidas, hormonas, metales pesados incorporados accidental o intencionalmente) de riesgo para la salud de los consumidores debido a la ausencia de buenas prácticas de manufactura e higiene en su elaboración, normas básicas obligatorias para la manipulación de cualquier alimento.
Aceites Alterados: Alimento que por causas naturales de índole física, química o biológica ha sufrido deterioro en sus características organolépticas como su olor, color, textura y sabor. En la elaboración de un aceite es fundamental el control de factores como el oxígeno y el agua, pues la ausencia de control a los mismos lo degradan.
Aceites Adulterados: Alimento al que intencionalmente se le ha quitado o agregado componentes normales, reemplazándolos o no, con otros no declarados o directamente incorporando alguna sustancia no permitida, con el fin de disimular deficiencias de fabricación o de realizar un fraude económico. La adulteración también se presenta cuando el contenido neto declarado no corresponde al contenido real, lo que representa un engaño al consumidor.
Aceites Falsificados: Alimento que tiene características y apariencia de un producto con marca legalmente reconocida, sin serlo.
Aceites de Contrabando: Aquellos que ingresan al país violando la reglamentación aduanera.
Sobre este tema la Universidad Javeriana analizó a nivel microbiológico 88 muestras de aceites provenientes de cuatro zonas del país: Bogotá (35 muestras), Barranquilla (28 muestras) y Cali (25). El estudio tuvo como objetivo verificar la presencia y crecimiento de bacterias en los aceites re envasados, dado que sus características de envasado y almacenamiento han mostrado no ser las ideales. En el estudio se tomaron 10 aceites de empresas formales, con el fin de establecer un parámetro de control y comparación con aceites elaborados bajo todos los estándares de calidad.
En cuanto a los hallazgos microbiológicos del estudio, las 10 muestras de aceites que sirvieron como estándares de comparación, no mostraron ningún tipo de contaminación ya que son producidos de acuerdo a protocolos industriales claros y bien monitoreados en todas las etapas del proceso. De las 78 muestras de aceite restantes, no se encontró contaminación en 25, mientras que en las otras 53 se halló algún grado de contaminación presente en el aceite mismo, en la tapa o en el envase.
Este es una proporción muy alta de las muestras que, sin embargo, se puede dividir de acuerdo con el tipo de bacterias encontradas en: enterobactereaceas, que implican malas prácticas de manejo en el proceso de envasado y son potencialmente peligrosas para los consumidores, y, en lipolíticas que potencialmente pueden degradar el aceite y aumentar los niveles de ácidos grasos por encima del nivel de 0.05% aceptado.
La presencia de bacterias en las muestras de aceites ratifica la falta de higiene e inapropiadas prácticas en el proceso de empaque así como en la manipulación del producto al momento de la venta al usuario final. Es importante señalar que estas bacterias se encontraron en el 100% de los aceites re envasados y que, pueden llegar, en las condiciones apropiadas a ser patógenas.
Este efecto no se da en los aceites de las empresas tradicionales y formales, ya que en ellos no se encontró contaminación y los controles sobre acidez y la adición de antioxidantes son estrictos, de manera que pueden ser almacenados, comercializados y utilizados en frituras y ensaladas sin peligro para la salud.
Engaño al consumidor Otro de los aspectos ratificados por el estudio de la Universidad Javeriana fue la menor cantidad de aceite que contienen los re envasados, es decir que promocionan y declaran un mayor contenido del que realmente tienen. De acuerdo con la investigación en algunos casos puede llegar a ser hasta de un 40%.
Se comprobó, por ejemplo, que un 50% de los aceites re-envasados registraron un menor contenido entre el 1 y el 10%, mientras que el 50% restante demostró que contenía entre el 10 y el 40 por ciento menos de lo anunciado.
Existe el caso de otros, que en botella grande ofrecían 900 mililitros pero al ser medidos sólo tenía 710 mililitros, lo que significa que contienen casi el 20% menos. Así como este, el estudio encontró 5 botellas idénticas registradas, cada una, con cantidades diferentes: 170, 180, 200, 220 y 250 centímetros cúbicos. En realidad todas tenían un promedio de 140 centímetros cúbicos.
Este engaño permite concluir que el fenómeno en realidad significa que el aceite es más caro y que los consumidores colombianos están poniendo en riesgo su salud al consumir un producto que re envasado, sin normas de salubridad y en recipientes no aptos para el consumo humano, en el largo plazo pueden llega afectar la salud de quien lo consume.

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